Era increible estar alli arriba en el escenario, con toda esa gente mirando.  Los ojos de muchos desconocidos se posaban sobre mi, observando cada vuelta, cada movimiento, observando como la musica y yo eramos una sola persona... era mi momento. Y lo daba todo cada vez que pisaba un escenario. Me encantaba sentir ese mariposeo en el estomago antes de salir, mirarme 20 veces al espejo para ver si todo estaba bien colocado. Alli arriba era yo, sola e indefensa ante tanta gente, pero era la persona más feliz porque hacia lo que más me gustaba en el mundo bailar.
Hace mucho que no tengo esa sensación, ni soy tan feliz como entonces, mis  vestidos y mis tacones  descansan en la caja de los recuerdos y yo cada vez que lo pienso lo veo como un sueño. Y no lo abandonare. Algún dia.. quizás la pequeña chica vuelva a bailary esta vez será imparable.