Soy consciente de que a veces no nos comprendemos y aparecen miles de días grises con antojo de tormenta. Sin quererlo discutimos por cualquier nimiedad que no nos lleva a nada y nos ahogamos en un vaso de agua produciéndonos dolor.
Pero ahí seguimos, luchando por mantenernos a flote con el timón bien sujeto y navegando a toda máquina , piensa que tenemos todo un océano por descubrir. Las tormentas cesan tarde o temprano y cuando no nos demos cuenta, ese gris del cielo se tornará azul celeste y brillará ese sol que nos haga sonreir. Será mágico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario